Phaedri Fabulae Aesopiae
LUPUS ET
AGNUS
I, 1
2
Ad rivum
eundem lupus et agnus venerant
siti
conpulsi; superior estabat lupus
longeque
inferior agnus. Tunc foce improba
latro incitatus iurgii causam intulit.
“Quare”, inquit, “turbulentam fecisti mihi
aquam bibenti?” laniger contra timens:
“Qui possum,
quaeso, facere quod quereris, lupe?
A te
decurrit ad meos haustus liquor.”
Repulsus
ille veritatis viribus:
“Ante hos
sex menses male” ait “dixisti mihi.”
Respondit
agnus: “Equidem natus non eran.”
“Pater
hercle tuus” ille inquit “male dixit
mihi”;
atque ita correptum lacerat, iniusta nece.
Haec propter
illos scripta est homines fabula,
Qui fictis
causis innocentes opprimunt.
Fábula del lobo y el cordero
Traducción de Sergio Núñez Guzmán
El lobo y el cordero
A un mismo río, el lobo y el cordero habían venido,
obligados por la sed; en la parte más alta estaba el lobo y mucho más abajo el
cordero.
Entonces
por su gran voracidad instigado el ladrón (el lobo) buscó causa o motivo de
riña. ¿Por qué, le dijo, me pusiste el agua turbia cuando yo estaba bebiendo?
El cordero, por el contrario, tímido (le dijo): yo te pregunto ¿cómo puedo
hacer yo lo que tú me arguyes? El agua (el líquido) corre desde donde tú estás
hasta donde yo bebo. Rechazado aquél por
la fuerza de la verdad, dijo: ya hace seis meses que has hablado mal de mí. El
cordero le responde: todavía yo no había nacido. Por Hércules, dijo, entonces,
tu padre habló mal de mí. Y así, habiéndolo arrebatado lo despedazó con una injusta
muerte.
Esta
fábula está escrita para aquellos hombres que por motivos imaginados oprimen a
los inocentes.
Una
lectura actual de la Fábula del lobo y el cordero de Phaedrus.
Ensayo
de Sergio Núñez Guzmán
La fábula El
lobo y el cordero recuerda de muchas maneras la presencia del mundo clásico
en este nuestro mundo actual.
La
palabra fábula da otro sentido, dentro de este contexto, a los términos “lobo”
y “cordero”, pues el lector comprende que “lobo” no es el animal que actúa por
instinto, y, que el “cordero” no es otro animal también obrando por intuición,
son representaciones del hacer humano, pues es posible descubrir la mentira y
la maldad en los hechos del lobo, en tanto que el cordero representa la verdad
y la inocencia en su discurso y en su condición. La serie de conceptos opuestos
mentira / verdad; maldad / inocencia son tan trasparentes de la
conducta humana que manifiestan al hombre de todos los tiempos y lugares; por
lo que, Phaedrus es el autor inmortal junto con Aesopus de la literatura
universal.
El estudio actual de la literatura permite adentrarse en los
textos con herramientas teóricas para ingresar en la “competence” >
¿competencia? del autor y del lector, y, así, se pueda obtener nuevas lecturas
de la fábula, del cuento, de la novela y
de la literatura en general o lo que es lo mismo interrogarse acerca de ¿qué es
literatura?, y “Si toda opinión es falsa”
o “Si toda opinión es verdadera” (Paul Valery / J. L. Alborg), donde nos
situamos nosotros como lectores o ¿qué buscar en la literatura? o ¿qué
referentes hay que descubrir en los textos de literatura? Desde luego es
posible plantearse más cuestionamientos; sin embargo, la limitante es la fábula
del lobo y el cordero.
En
una primera lectura inocente o denotativa
el lobo es el lobo y el cordero es el cordero; es decir, los sonidos o
significantes se asemejan con el contenido o significado. En una segunda
lectura o connotativa los mismos sonidos no
se identifican con su correspondiente contenido; así, el lobo no es el lobo y
el cordero no es el cordero, por lo que, el significante no es igual al
significado.
El
receptor del mensaje presiente que aquello de lo que habla la fábula es un
referente extralingüístico, pero que está sugerido por el texto mismo, y,
cuando encuentra la relación directa entre latro
y ladrón referidos al lobo, el lector
reconoce de inmediato al lobo
humanizado, ya que es el representante personificado de la mentira y de la
maldad; mientras que el cordero es el opuesto, es decir, es el representante
personificado de la verdad e inocencia. Es asì como Phaedrus humaniza al lobo y
animaliza al hombre esclavista de su
época. El contexto deja de ser el texto para ser el contexto humano, el hombre que muchas veces busca la
satisfacción de sus intereses con un hacer enmascarado: el hacer del lobo.
Apareció
la lectura diacrónica, histórica esclavista, veamos, ahora, la lectura
sincrónica: El lobo inicia la disputa porque está dispuesto a mostrar la
voracidad que lo define, comienza el pleito y enmascara la injusticia de sus
hechos con argumentos falsos y políticos. El cordero sacude al lobo con la
verdad que solamente muestra las razones de la inocencia. Sucumbe la razón y la
verdad ante la fuerza física y el poder de la mentira y de la injusticia. Y. .
. la justicia. . . en este mundo animalizado no hay razones, no hay justicia,
no hay leyes, y, el lobo es lobo y el cordero es el cordero y.
. . el hombre, ¿dónde está?, ¿cuál es
el hombre? El hombre de allá, de ayer, del mundo clásico, o el hombre de aquí, de
hoy, de nuestro mundo. Y… la razón, la ley que permite al hombre realizarse como humano, ¿dónde está? Y… el mundo clásico responde que la justicia
o injusticia están tan lejos o
tan cerca como está el allá o el aquí, el hombre,
tú o yo. ¿Cuál es la respuesta de nuestro mundo?, pues la injusticia y la sinrazón están presentes en el aquí y ahora de nuestro mundo.
Y…
el mundo clásico renace en nuestro universo, pues Fedro es el ayer en el hoy,
que nos dice aquí estoy vivito y coleando;
por esto, por la vitalidad y vigencia de su verdad, nos contagia la
alegría de vivir en dignidad y en honor.
Quién
remite no puede pensar que la respuesta sea nuestro silencio, quiere hablar con
la razón manifestada en las palabras que muestren al verdadero hombre en su buen hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario