domingo, 6 de abril de 2014

'El niño y su padre' por Sergio Núñez Guzmán



El niño y su padre
Sergio Núñez Guzmán

La suave brisa levantaba la blanca y transparente cortina de la ventana y al mismo tiempo el airecillo cambiaba las páginas del libro colocado sobre aquella mesa que servía de escritorio. El hombre viejo estaba sentado en aquel sillón reclinable donde por momentos dormitaba. Aquel pequeño con sus manecitas intentaba jalar la áspera mano del abuelo, el hombre extendía su mano y el niño corría sin dejarse tocar. ¿Dónde empezó este juego? Aquel vientecillo tibio y acariciador producía sus efectos sobre el viejo y el viejo soñaba, pensaba, estaba.

Soy el niño que camina tras su padre, hombre en plenitud de la vida que llevaba el azadón al hombro, y que con el movimiento de su cuerpo, sin apartar con las manos las largas y onduladas hojas del maizal producía aquel sonido que despertaba dulces recuerdos del niño ahora viejo. La milpa, el esfuerzo de su padre, presentaba una de las mejores cosechas que estaban a punto de cosecharse. Y ahora recuerdo que ese año tuvo hambre. ¿Por qué? No había explicación posible, lo supo muchos años después.




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