jueves, 10 de abril de 2014

'La zambullida' por Sergio Núñez Guzmán




La  zambullida  
Sergio Núñez Guzmán

Salir del D.F. y dirigirse a los Azufres de Michoacán hace volar la imaginación a los montes llenos de árboles. No es la mente sino los pulmones que se regocijan por aquel oxígeno desprendido de pinos y abetos, que renueva la vida del que camina por esos bosques. ¡Qué hermosura y qué belleza! Sale el camión del D.F. por esa enorme víbora periférica de múltiples focos  para hundir su cola en los pozos michoacanos, productores de electricidad, que iluminan sus tantos y tantos ojos enrojecidos y piel salpicada de  brillosas escamas amarillentas.  Reducir las muchas impresiones a este lenguaje resulta una aventura y un reto que no es posible soslayar. Mis pies ascienden por el lomo de la serpiente que se eleva a través del bosque, y muerde  sus cascabeles en las blancas nubes surgidas de las chimeneas de los dínamos que la mueven y la animan. La magia se convierte en pesadilla cuando los paseantes se embadurnan el rostro con lodo azufroso. Los pies siguen el camino asfaltado. Sorprende la soledad y tranquilidad de los bosques y el absoluto abandono de las plantas eléctricas. El paseante penetra y sale. Y al final cuando se abandona el sendero un triste anuncio doblado y semiborrado dice: "Se prohíbe el paso". Sólo los pinos, como guardianes solitarios, asoman sus cabezas al horizonte inmaculado y gritan eternidad, sus anchos troncos así lo dicen, y mueren erectos con los pies chamuscados por una tala hormiga de mano incógnita. El paseante observa y reflexiona. ¡Cómo nos atrevemos a perder esta belleza!

   El camión hace sonar su claxon para recordarnos que hay que volver. Vamos a tomar un baño de agua termal. La sorpresa es gigantesca pues el charco, a donde intento lanzarme, está más congestionado que un vagón de metro en día de quincena. Rehúso tal zambullida y bajo a caminar en la "Laguna larga". Tengo que pagar para poder hacer esto. En medio de mi impotencia, exclamo: tengo derecho de respirar los aires de mi patria.  ¡México! ¡México!

No hay comentarios:

Publicar un comentario