jueves, 27 de marzo de 2014

Comentarios a una teoría del cangrejo de Julio Cortazar por Sergio Núñez Guzmán



 TEORÍA DEL CANGREJO
Autor: Julio Cortázar

Habían levantado la casa en el límite de la selva,
orientada al sur para evitar que la humedad de los
vientos de marzo se sumara al calor que apenas
mitigaba la sombra de los árboles. Cuándo Winnie
llegaba.

Dejó el párrafo en suspenso, apartó la máquina de
escribir y encendió la pipa. Winnie. El problema,
como siempre, era Winnie. Apenas se ocupaba de ella
la fluidez se coagulaba en una especie de

Suspirando, borró en una especie de, porque
detestaba las facilidades del idioma, y pensó que ya
no podría seguir trabajando hasta después de cenar;
pronto llegarían los niños de la escuela y habría que
ocuparse de los baños, de prepararles la comida y
ayudarlos en sus

¿Por qué en mitad de una enumeración tan sencilla
había como un agujero, una imposibilidad de seguir?
Le resultaba incomprensible, puesto que había escrito
pasajes mucho más arduos que se armaban sin

ningún esfuerzo, como si de alguna manera
estuvieran ya preparados para incidir en el lenguaje.
Por supuesto, en esos casos lo mejor era
Tirando el lápiz, se dijo que todo se volvía demasiado
abstracto;  los por supuesto, los en esos casos, la vieja
tendencia a huir de situaciones definidas. Tenía la
impresión de alejarse cada vez más de las fuentes, de

organizar puzzles de palabras que a su vez

Cerró bruscamente el cuaderno y salió a la veranda.

Imposible dejar esa palabra, veranda.



Comentarios a Teoría del cangrejo.     

Sergio Núñez Guzmán.

Habían levantado la . . . Los protagonistas de la historia son "ellos", pero alguien lo cuenta, y éste es el narrador en tercera persona, es decir, un personaje de papel, inventado por el escritor para narrar la historia: él (narrador) cuenta que "ellos" habían. . .
El primer párrafo termina con la oración "Cuando Winnie llegaba". El hecho de que la oración esté situada entre un punto y seguido y un punto y aparte remite al lector a la ambigüedad, ya que Winnie puede ser uno más de "ellos". En el párrafo siguiente, el lector descubre que Winnie no es parte de ellos sino de él, pero no del narrador sino de otro emisor, el autor escritor, puesto que sólo el autor "dejó el párrafo en suspenso", para preocuparse de otro problema: Winnie. Las siguientes dos oraciones de hecho parecen subrayar la ambigüedad. "Apenas se ocupaba de ella / la fluidez se coagulaba en una especie de /" La ausencia de puntuación que separe las oraciones, por un lado, y la presencia por el otro, del rompimiento del renglón y la ausencia de mayúscula inicial en el siguiente muestra el oficio y la habilidad del escritor para jugar con el mensaje y por tanto con el lector, quien naturalmente fascinado cae y busca respuestas. "Se ocupaba de ella". ¿Quién? Él. ¿Cuál él? ¿El narrador o el emisor autor? Si el emisor autor "se ocupaba de ella", entonces. . . Winnie es personaje de otro cuento, el de la vida "real" del escritor. "La fluidez se coagulaba en una especie de /". Es posible suponer puntos suspensivos, pero no los hay. Se coagulaba la fluidez de quién o de qué. Se puede suprimir quién, pues la perspicacia del escritor en el uso del lenguaje hace suponer que no hay equivocación entre "la fluidez" y su fluidez. La ausencia del pronombre posesivo obliga a considerar
que "la fluidez -que- se coagulaba" era la de la narración inicial que no avanza. Este no avance parece confirmarse con "en una especie de" que "borró" él, el emisor autor, o, acaso quiso borrar a Winnie ya que "Apenas se ocupaba de ella".

En esta escritura lúdica se mezclan, hasta aquí, la narración que un emisor intenta escribir y aquella otra de los propios tropiezos para realizar la primera; sin embargo, se presenta otra en ". . . detestaba las facilidades del idioma". El emisor, narrador, escritor se enfrenta a la invención de la historia que escribe, a la vida diaria, al lenguaje. Es el yo protagonista de su propio hacer, disfrazado en el narrador, el que cuenta una historia: él (narrador) cuenta que ellos habían. . .;  es el yo escritor, él que narra a través de un él implícito en el verbo, el que "dejó el párrafo", el que "... apartó la máquina de escribir", el que "encendió la pipa", el que ...; es el yo esposo, padre, el que, nuevamente, narra a través de un él implícito en el verbo, lo que le impide escribir (ocuparse de Winnie, atender a los niños). La diferencia y por tanto el sentido está dado por el contexto, pues uno es el que "dejó el párrafo" y otro es el que "se ocupaba de ella". Hay un él común, siempre sugerido y sólo presente en la semántica del sintagma.
El cuarto párrafo aparece como el centro  ("mitad") de toda La teoría del cangrejo, como la búsqueda de la perfección verbal y todo lo que implica. Búsqueda de "una imposibilidad", búsqueda "incomprensible", pero búsqueda que vuelve una y otra vez, como el cangrejo, a su principio y a su fin: la lengua. "Imposible dejar esa palabra", búsqueda.    





5 comentarios:

  1. Releo y releo el texto de Cortázar y encuentro muchas interpretaciones, me cuestiono cada vez más y no puedo dar una respuesta tajante de qué sucede. Pero me agradó tu comentario. Me encantó el final. ¡Gracias por compartir!

    ResponderEliminar
  2. Pues, yo no entiendo el cuento, ni la explicación del cuento. Tengo que leer y leer y leer... No entiendo el entendimiento. Gracias de todas formas por compartir y ayudarme a no entender. Así tengo que leer y leer y leer. Gracias.

    ResponderEliminar