Traducción de ‘La sorgente’ de León
Tolstoy
Narración tomada del italiano
Traductor Sergio Núñez Guzmán
El manantial
Un día de verano tres peregrinos
cansados se encontraron cerca de un fresco manantial, que brotaba al margen de
un gran camino en el corazón de una floresta taciturna; hierbas tiernas y
musgos olorosos lo enmarcaban, cantidad de árboles daban sombra con su denso
follaje, y, de sus aguas frescas como perlas y puras como lágrimas, se recogían
en una represa de piedra, luego se desbordaban y escurrían formando un arroyo
que se perdía murmurando en la espesura del bosque.
Los tres peregrinos se
sentaron en torno al manantial después de haberse refrescado con el agua de la
fuente, y, se sentían confortados y consolados, pues miraban el campo verde de
las humildes hierbas aromáticas, y, escuchaban el suave murmullo de las aguas,
y, sobre la represa de piedra se leía esta inscripción: ‘Que el manantial sea tu modelo’.
Ninguno comprendía el
significado de tales palabras. ¿En qué cosa ellos habrían podido imitar al
manantial?, aunque después de haber meditado por un largo rato se manifestaron
con sus pensamientos.
Uno de los peregrinos era
un hombre maduro; sin embargo, lleno todavía de energía, tal vez era un
comerciante que viajaba por sus asuntos,
miró a sus compañeros y dijo: ‘Yo creo comprender estas palabras misteriosas.
El consejo que nos dan me parece bueno. El manantial fluye, el arroyo se aleja,
recoge el agua de otros riachuelos y se vuelve río, así el hombre no debe
detenerse nunca, debe en cambio trabajar sin descanso, de este modo recogerá
grandes riquezas y grandes experiencias.
El otro peregrino era
joven, escuchó el discurso del hombre maduro, apartando la cabeza, luego dijo:
‘Según yo, el significado de la inscripción es diverso, pues es esto: el hombre
debe huir de los pensamientos malvados, de los sentimientos perversos y
conservar su corazón puro como el agua de este manantial y tan limpio como esta
agua que sacia la sed y da satisfacción y devuelve el vigor; pero, si se hace
turbia, no beneficiaría a ninguno y fluiría inútilmente a través de la tierra.
Lo mismo sucede con el hombre que ha enturbiado los sentimientos del corazón.
El tercer peregrino, un
viejo cargado de años y de experiencia y con una larga barba blanca, estaba
escuchando en silencio las palabras de sus compañeros, finalmente sonríe
amablemente y expuso también su parecer. ‘Este joven tal vez tiene razón; sin
embargo, también hay otra profunda enseñanza en esto que dan las palabras
escritas sobre la piedra, sólo es otro consejo que murmura el agua de esta
fuente, ésta dice al hombre: Yo doy mis aguas por nada a los peregrinos que se
detienen, que están cansados y sedientos. Haz tú lo mismo con tus hermanos, haz
el bien a todos, dona aquello que ayuda al prójimo con corazón contento y sin
condiciones; no pidas a los hombres ni gratitud ni recompensa a cambio de tus
beneficios solamente el pago de vivir en la alegría de tu bondad’.
Comentarios a la lectura de ‘El manantial’
Sergio Núñez Guzmán
El contenido, el significado de esta lectura, transporta al lector a otro
mundo perdido en el devenir de los tiempos, qué se puede pensar y reflexionar
cuando el punto de referencia es nuestro propio mundo, nuestro aquí y ahora o
acaso existe otra posibilidad de comprender la posible relación entre este
mundo nuestro y aquel otro desaparecido, ¿dónde nos podemos situar? Tal vez en
un aquí hipotético inexistente o en aquel otro de sueño imaginado e irreal,
pero. . . ¿cuál es nuestra respuesta? Pues el pan de cada día de las noticias
es la maldad de unos y otros, y, ¿dónde está la bondad?, ¿dónde está la sonrisa
del ser humano?, ¿qué buscamos?
Los manantiales de paz y belleza siguen desapareciendo, pues
sólo la maldad anida en el corazón de los hombres que proponen soluciones ficticias
ya que la verdad es conocida por unos cuantos y las mentiras son las migajas
desprendidas de los discursos pronunciados y transcritos por la prensa. ¿A
dónde voltear cuando el papa renuncia? Y la sonrisa de los fieles se transforma
en interrogantes sin respuesta. Y en nuestro país, cuantas y cuantas preguntas
sin respuesta cuando se ahoga la verdad con la falsedad diaria de periódicos,
de noticias televisivas, de las redes digitales, de. . . Acaso nuestra sociedad se suicida con la
contaminación de todas clases, donde no hay culpables y solo los inocentes
pagan los platos rotos. ¿Cuál es nuestro futuro? ¿Cuándo podremos ser
optimistas?
La sorgente
Autor Leone Tolstoy
Un giorno d’estate tre Pellegrini
stanchi s’incontrarono presso una fresca sorgente.
Essa
scaturiva al margine d’una grande strada, nel cuore d’una cupa foresta; erbe
tenere e muschi odorosi la incorniciavano, fitti alberi le davano l’ombra del
loro denso fogliame; e le sue acque, fresche come perle e pure come lagrime, si
raccoglievano in un bacino di pietra, poi traboccavano e scorrevano, formando
un nitido ruscelletto che si perdeva mormorando nel folto del bosco.
I
tre pellegrini sedettero intorno alla sorgente, dopo essersi dissetati con la
sua acqua.
E
si sentivano sollevati e consolati, guardando il verde terreno delle umide
erbette, ascoltando el soave mormorio delle acque. Sul bacino di pietra lessero
questa iscrizione: ‘La sorgente sia il
tuo modello’.
Nessuno
comprese il significato di tali parole. In che cosa essi avrebbero potuto imitare
la sorgente?
Ma
dopo aver meditato a lungo, si manifestarono i loro pensieri.
Uno
dei pellegrini era un uomo maturo ma pieno ancora di energie: forse era un
mecante che girava per i suoi affari. Guardo i compagni e disse:
-Io credo di comprendere queste
misteriose parole. Il consiglio che ci dánno mi par buono. La sorgente scorre,
el ruscello si allontana, raccogglie l’acqua di altri ruscelli e diventa un
fiume. Cosi l’uomo non deve fermarsi mai, deve invece lavorare senza posa; in
questo modo raccogliera grandi ricchezze e grandi esperienze.
L’altro
pellegrino era giovane. Ascoltó il discorso dell’uomo maturo, scotendo il capo;
poi disse:
-Secondo
me, il significato dell’iscrizione é diverso, ed é questo: l’uomo deve fuggire
i pensieri cattivi, i cattivi sentimenti, e conservare il suo cuore puro come
l’acqua di questa sorgente. Cosi limpida, quest’acqua disseta e dá la gioia e
dende le forze. Ma, se fosse torbida, non gioverebbe ad alcuno, e scorrerebbe, inutile,
attraverso la terra. Altrettanto succede dell’uomo che ha torbidi i sentimenti
del cuore.
Il
terzo pellegrino, un vecchio grave di anni e di esperienza, con una lunga barba
bianca, aveva ascoltato in silenzio le parole dei compagni.
Infine
sorrise amabilmente ed espose anche lui il suo parere: -Questo giovane forse ha
ragione. Ma anche un altro profondo insegnamento ci dánno le parole scritte
sulla pietra, un altro consiglio ci mormora l’acqua di questa sorgente. Essa
dice all’uomo: ‘Io dó le mie acque, per nulla, ai pellegrini che si fermano qui
stanchi e assetati. Fa’ tu lo stesso coi tuoi fratelli; fa’ del bene a tutti,
dona quello che hai al prossimo, con lieto cuore e senza condizioni; non
chiedere agli uomini in cambio dei tuoi benefizi né gratitudine, né ricompensa,
pago soltanto di vivere nella gioia della tua bontá.’
No hay comentarios:
Publicar un comentario