viernes, 21 de marzo de 2014

Ensayo: El referente social en El llano en llamas de Juan Rulfo por Sergio Núñez Guzman



El referente social en El llano en llamas de Juan Rulfo (1)
Sergio Núñez Guzmán

Nos han dado la tierra es el primer subtítulo que aparece en el libro El llano en llamas de Juan Rulfo, de inmediato, surgen las interrogantes: ¿quién da? y ¿a quién se da? La tierra es lo que se da, pero ¿cuál tierra es la que se da? El hecho de dar desencadena los sucesos que se cuentan; sin embargo, ¿quién narra?, porque el que habla no es quien da.
         El lector toma conciencia del texto que lee y busca respuestas a las interrogantes que lo presionan a continuar la lectura.
         La línea de la expresión: Nos han dado la tierra presenta todas y cada una de las unidades, palabras (2) que conforman el significante, pues el significado está más allá de este significante, está en la relación establecida entre estos significantes; es decir, los enlaces establecidos hacen surgir nuevos contenidos que se matizan por el mensaje encerrado en el enunciado o ¿cuál es el referente del mensaje?, ¿dónde se puede encontrar?
         Nos han dado. . . a nosotros, a mí lector, al alter ego del autor, que somos los lectores, a la sociedad establecida entre el tú del autor y el yo del lector, es por lo que en esta línea se encuentra el dónde y el cuándo del nexo entre uno y otro. Por otro lado, quien habla es el narrador que dice: hemos venido caminando. . . vamos Faustino, Esteban y yo.” Este yo sintetiza al yo/autor, al yo/personaje y al yo/lector; este yo, que es el yo de la sociedad  mexicana.
         Rulfo convierte el monólogo del protagonista autor-personaje en el diálogo autor-lector, donde la comprensión del mensaje está en lo que quiso decir el autor y lo que llega a entender el lector, porque el referente está en el tiempo, es acrónico, y cada sociedad lo interpreta según su situación diacrónica, diatópica y diastrática.
         Dos deícticos, los pronombres nosotros en nos y ellos en el verbo auxiliar haber (han) se encuentran en la oración Nos han dado la tierra. La oposición entre ellos y nosotros se muestra cuando se hacen las sustituciones correspondientes: ellos son quienes dan la tierra a nosotros, por lo que la tierra es la parte nuclear del mensaje enviado. ¿Qué tierra es la que se da? No se da la tierra de ellos, de los caciques (terratenientes, Guadalupe Terreros). La tierra que se da es el comal acalorado, la que no sirve para nada, esa es la tierra para nosotros, los campesinos, es la tierra por la que luchan los campesinos de la revolución mexicana, es la tierra del reparto agrario totalmente injusto, pues la justicia es el grito desesperado del protagonista de la narración Diles que no me maten.
         El contenido profundo de los cuentos de Rulfo está en la lucha abierta o soterrada por la posesión de la tierra que, de una u otra manera, se expone en el primer párrafo del relato: Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada; así, ¿qué es la tierra para el campesino? Es el caminar por la vida con la única esperanza de llegar allá, a la tierra que . . . está allá arriba, aquí hay un contraste pleno con la tierra que está aquí abajo en el ahora de la trama en que vive la sociedad mexicana.
         Rulfo sabe jugar con el lenguaje con que atrapa al lector fascinado por este otro caminar textual desafiante de la inteligencia y de la imaginación encerrada en esta expresión donde se ocultan los contenidos buscados por el receptor interesado
         En esta lectura es posible observar la soledad en que está el campesino, pues la tierra es la compañera inalcanzable. La tierra es la vida y es la muerte y, al mismo tiempo, es la negación de la vida y es la afirmación de la muerte. La vida es el campo cultivado y la muerte es el comal acalorado donde la vida no florece. Es el ir por este camino sin orillas. . . donde no se podría encontrar nada al otro lado, sí, nada de nada, sólo la búsqueda de la tierra de un arriba que nadie sabe dónde está, pues el delegado dice: el gobierno les da la tierra. Espérenos usted, señor delegado, y el campesino sigue esperando, esperando que. . . justicia, ¿cuál justicia?


1 Rulfo, Juan. El llano en llamas. México F. C. E.1975 (1953). pp.13- 18.

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