Catemaco.
Sergio
Núñez Guzmán
Agosto 1990
No bajábamos del camión, cuando ya en
la puerta se amontonaban vendedores, y, "no quiere que lo lleve con el
brujo". La respuesta de alguno fue "espérame, dejo el equipaje y
regreso, no te vayas". --¿Vas a ir a que te hagan una limpia? --Sí.
--Mejor que te hagan una sucia. Catemaco, rincón de los brujos, decía la
camiseta de uno de los interlocutores. --¿Que pasó con la limpia? --La bronca no está en los cuarenta mil pesos
de la limpia, sino en los quinientos mensuales del tratamiento. !Canijos
brujos!
En aquel momento pensé en la fe de los
chamulas.
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