domingo, 23 de febrero de 2014

Ensayo: 'Literatura y traducción' de Sergio Núñez Guzmán



Literatura y traducción
Sergio Núñez Guzmán

Literatura y traducción son palabras que encierran en sí mismas la historia de la cultura humana.
            El hombre transfiere su pensamiento a sus semejantes por medio del lenguaje, y así, se identifica como humano, puesto que las palabras transportadoras del mensaje son la traducción de la necesidad vital de comunicarse con la sociedad en que se convive con el otro y aun con el propio alter ego.
            Las unidades básicas del mensaje son las palabras, entendidas tanto por el emisor como por el receptor; no obstante, la comunicación se interrumpe cuando aparece la incomprensión, ya que el mensaje se corta porque el código utilizado es parcial o totalmente desconocido por el receptor. Es, en este aquí y ahora, cuando la presencia  del traductor se hace patente, pero ¿qué hace el traductor?
            El intérprete traduce, traslada, descifra, vierte, glosa, explica, esclarece, descifra, aclara, dilucida el mensaje interrupto, en una palabra, juega con las dicciones, pero. . . ¡cuidado!, los vocablos están implícitos en códigos que a su vez enclaustran otros, y, si el traductor no conoce bien el sociolecto original, se produce una mala traducción, interpretación, traslación, etcétera, ¿por qué? Porque traducir no es tan solo traducir palabras, es traducir cultura, puesto que en este tejido sociocultural se encuentran los textos, las letras (lat.litterae), las literaturas.
            Las palabras son la expresión de la cultura de un yo emisor, quien establece el aquí y ahora de la interacción comunicativa; por lo tanto, el traductor, como emisor del mensaje que no le pertenece, ha de ser consciente de las circunstancias de lugar y tiempo, es decir socioculturales que rodearon al mensaje original, para, así, poder señalar los referentes extralingüísticos implícitos en el mensaje, ya que el léxico utilizado genera referentes que corresponden al sociolecto del emisor original, a la cultura y a las letras de la época del autor del mensaje.
            Los diferentes campos semánticos del barroquismo muestran la endogamia léxica propia de esta corriente literaria, en donde el verso gongorino sorprende tanto por el significado de cada lexema como por el significado expresado en la totalidad de la línea versal, pues en Media luna las armas de su frente, el lector entiende todas y cada una de las palabras; sin embargo, ¿cuál es el contenido? ¿De qué habla?  Como se observa, la interpretación, la traducción es necesaria aun para comprender mensajes en la propia lengua materna, o ¿qué es traducir? o ¿qué alcances tiene la interpretación? El traductor cuidadoso de su propio hacer, primero, investiga acerca del barroquismo y después glosa el verso barroco.
            La segmentación del verso mencionado a partir de los dos núcleos nominales que lo constituyen, permite poner por un lado media luna y por el otro las armas de su frente, con lo cual la descripción plástica de la media luna hace ver al lector: los cuernos, que a su  vez son las armas de la frente del toro, así, el rasgo distintivo del toro son los cuernos, que identifican la forma de media luna, pero no a la luna misma. Lo que aquí se resalta es el juego de referentes intratextuales y extratextuales, donde los primeros envían a los segundos, por lo que la tarea del intérprete es explicarse la relación entre unos y otros, y entender el cómo interactúan entre sí para originar nuevos significados en la lengua de origen y cómo traducirlos a la lengua de llegada.
            El conjunto de rasgos distintivos o semas que constituyen el lexema frecuentemente están alterados en su significado por las relaciones que guardan con otros lexemas del conjunto del cual forman parte (media luna>cuernos), a lo que se añade la presencia de afijos que nuevamente matizan el contenido léxico, por lo cual la traducción palabra por palabra suele fracasar, ya que el conjunto de semas que conforman un lexema, a la palabra de una lengua, difícilmente coinciden con otro conjunto sémico de otra palabra, por lo cual se afirma la no existencia de sinónimos perfectos aun en una misma lengua puesto que el significado se encuentra en las disimilitudes.
            Hay textos que al traducirse mejoran y otros empeoran, ¿por qué? El yo del traductor está presente en su trabajo, ya que es importante conocer en qué consiste el éxito o el fracaso de una traducción, puesto que la lógica acepta la explicación del verso anterior, pero no así una traducción poética, pues la reducción del verso a un referente externo solamente mostraría la incapacidad para llevar a cabo una buena paráfrasis versal.
            La traducción es una tarea muy difícil que desafía la inteligencia del intérprete y, por lo mismo, labor digna de realizarse, donde un buen traductor está consciente de lo que implica este quehacer y, por tanto, necesita tomar decisiones sabias.
Sergio Núñez Guzmán

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