El Lector y el posmodernismo
Sergio Núñez Guzmán
¿Qué representa para el ingenuo
comprador, para el estudiante o para el “intelectual” presentes en las librerías,
la sola carátula del libro Posmodernismo
de Richard Appignanesi y Chris Garratt?
¡Un reto!, ¡un desafío! a la razón
y a la inteligencia de cualquier ser humano, pues como entender la portada
donde aparece el rostro de Apolo, dios de la mitología clásica griega,
representante del anéer (varón), y
por tanto, del sexo masculino, entre rosas y flores, con lentes ahumados para
el sol, tipo siglo XXI, y en algo que aparenta ser un cuadro, o tal vez un
espejo colgado en un mantel puesto, a su vez, quien sabe dónde. Y… el título
medio escondido detrás ¿de qué?: “Para… (m)iantes”. Claro, clarísimo.
Esta
portada es en sí misma una invitación y un reto, ¿para quién? Para quien quiera
comprar o leer ¿qué?
El
ver, el oír, el sentir, etcétera aportan al hombre el conocimiento de la
realidad, pero… ¿cuál es esta realidad?, ¿qué me dice?, ¿de qué me habla?, de un
hoy, es decir del cuadro espejo colgado en la recámara de mi “alter ego.” No
puede ser. Mis sentidos me engañan, y… o ¿esto? Me habla del ayer, del hombre
que vivía en el calos cai agathos
(belleza y bondad) de dioses hombres griegos, y… ahora ¡acaso! creemos en lo
que vemos. ¿Dónde está la belleza?, ¿dónde la bondad?, ¿dónde la verdad?, acaso
en este cuadro producto de nuestro mundo globalizado.
En
el aquí y ahora, el hombre observa pasivo lo que tuvo y lo transforma para el
futuro, pero ¿cuál es el futuro? Este futuro es la incomprensión en la locura
del ahora, pues ¿qué es el pos(
)*modernismo Estará bien escrito o será una comunicación reemplazada por
la “t” ausente del tequila posmoderno de la droga televisiva omnipresente, o
¿cuál es la lengua que se habla en este globo terráqueo pos( )moderno?, y
claro, no anatómica, ¿ya que todo es tan instantáneo y tan pos( )moderno que es el futuro en el presente del
pasado, porque tanto la lectura como la comprensión son el paréntesis de la
pos( )modernidad ausentes en el presente.
El
hombre quiere entender para creer en lo que ve, pero no, no es posible asir la
verdad del conocimiento en el caos del espejo o ¿es la visión de mi alter ego y
la mía?, y yo, yo, es el eco televisivo el que responde tú, tú, cómprame,
cómprame, cómprame, ve, ve, y yo, yo, compro y compro y compro, todo, todo,
todo, el pasado, el presente y el futuro en el cuadro pos( )moderno que no
comprendo por las fracturas sociales de un mundo totalmente caótico como el
representado en esta carátula llena de ambigüedades, y por tanto las lecturas
paradigmáticas implicadas están plasmadas en los contenidos sociales,
históricos, religiosos, artísticos, etcétera y que van más allá de lo puramente
lingüístico de esta carátula pos( )moderna, o ¿cómo se comunica el ser humano?
Acaso la comunicación está dada por la multitud de contenidos simultáneos que
la metamorfosean en la incomprensión, en la incomunicación.
¿Dónde
estoy? No, no estoy. Soy el personaje ultra pos( )moderno de la telenovela del
canal 568 wide world wide, que trasmite desde la tierra infayucable de tus
sueños: Disneyland, Disneyland, Disneyland. No vivo en el presente, tengo la
compañía de mi estrella favorita Arnold Suaseneger, pero… no, soy pos(
)moderno. Soy cibernético, mi tarjeta computacional así registra mi nombre. Y,
el hombre únicamente es, existe por la credencial portadora del sello oficial,
no, no es así, es el número, eres el número, nooo, no soy un número, pues lo
eres, pues sin ese número no existes.
Y…
¿Dónde está el conocimiento?, ¿dónde la verdad?
El
lector intenta deslindar el cuestionamiento objetivo del subjetivo, pero, al
mismo tiempo, sabe que, muchas veces, el conocimiento se consigue por ensayo y
error, y, la razón dicta que el hombre empezó ensayando, sigue ensayando y
seguirá ensayando y cometiendo error tras error y los aciertos, el hombre mismo
los convierte en desaciertos, para marcar la historia con huellas plenamente
humanas de caos y cosmos.
Sergio Núñez Guzmán.
*( ): el vacío, la abstracción
total.
Paréntesis pos( )moderno
Sergio Núñez Guzmán
En el mundo cibernético, donde le
hombre televisivo convierte las finanzas en amnesia tercer mundista, surge el
holocausto de las realidades diferentes para la reproducción de la liberación
sexual en la desmemoria de la conciencia cero de este escrito posmoderno.
Para
reavivar la escatología de la pérdida de memoria del Arnold y de la madona
utópicos es necesario sumergirse en el pánico de la teleología virtual para
llegar al arrepentimiento de fin de la historia.
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